El lince ya ha recorrido la mitad del camino para salvarse de la extinción
El trabajo colaborativo realizado hasta el momento por todos los actores implicados en su conservación acerca a este especie a los 750 hembras y entre 3.000-3.500 ejemplares, cifra marcada para considerar al lince de forma definitiva una especie fuera de peligro.El último censo de lince ibérico, publicado hoy, detalla que actualmente existen 1.668 ejemplares de la especie en España y Portugal. De esta manera, la población del lince ibérico supera la barrera de los 1.500 ejemplares, la mitad de la cifra necesaria para asegurar su salvación y tener una población totalmente viable, que pueda ser catalogada como fuera de peligro y que cumpla con el requisito de estar en un Estado de Conservación favorable de acuerdo a la normativa europea.
Según el censo publicado hoy por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a partir de los datos proporcionados por las diferentes comunidades autónomas españolas con presencia de la especie y por organizaciones colaboradoras; entre las que nos encontramos, en 2022 se censaron 1.668 ejemplares, repartidos entre España, con 1.406 individuos totales (84,3 %), y Portugal (261 individuos; 15,7 %).
Todos ellos se registraron en 15 núcleos de reproducción, de los que 14 de ellos están ubicados en España. Andalucía concentra el mayor número, con seis núcleos, en los que habitan 627 individuos (37,6 % del total de linces), seguida por Castilla-La Mancha con cuatro núcleos que albergan 584 individuos (35 %) y Extremadura que, aunque también cuenta con cuatro núcleos de reproducción, concentra a 195 individuos (11,7 %).
Montes de Toledo ha alcanzado en número de hembras reproductoras a Andújar (53), la población más grande hasta la fecha y Vale do Guadiana se ha quedado a 3 (49). En los últimos años el crecimiento de las poblaciones ha sido espectacular por encima del 20% anual. Ese crecimiento ha sido tan grande gracias al buen trabajo de selección de las zonas de reintroducción, en estas cuatro poblaciones todas las hembras que nacían se han estado asentado y criando al año siguiente, pero ahora estamos llegando a su máxima capacidad de carga, por lo que es de vital importancia crear nuevas poblaciones.
En este sentido, otras de las novedades es que en este censo ya está incluida la suelta de linces en Sierra Arana, que se hizo en diciembre, y en febrero se comenzó a reintroducir linces en una nueva población en Murcia con lo que, previsiblemente, el año que viene aumentará el crecimiento de las poblaciones.
Un trabajo colaborativo de largo recorrido
Los cambios de uso del suelo y sobre todo la escasez de su fuente de alimentación principal debido a diversas enfermedades que aniquilaron las poblaciones del conejo en España, produjeron un descenso de la población de lince, llevándola al borde de la desaparición con apenas un centenar de ejemplares (94). Por ello, desde 2002, se han puesto en marcha diversas iniciativas de conservación sobre el terreno, con apoyo de los fondos europeos LIFE y un potente programa de cría en cautividad, cuyo trabajo combinado después de más de dos décadas, han convertido la recuperación del lince en un éxito mundial de conservación.
En los últimos 25 años, hemos contribuido a la recuperación de la especie actuando in extremis en los últimos núcleos de población, trabajando directamente sobre el terreno a través de acuerdos de custodia con las fincas cinegéticas donde sobrevivían los últimos linces en Sierra Morena, Montes de Toledo y Doñana. Además de actuar como socios en los sucesivos proyectos Life, actualmente mantenemos acuerdos de custodia con 18 fincas (en más de 25.000 hectáreas que albergan unos 12 territorios de hembras con cachorros), desarrollando trabajos de mejora de hábitat y recuperación de las poblaciones de conejo y participando en el seguimiento científico de la especie.
Este éxito ha sido posible gracias al trabajo colaborativo de múltiples actores: desde la administración liderando los proyectos, como las ONG de conservación, el sector cinegético, incluso en algunos casos, el sector agrícola. Sin embargo, para alcanzar una población totalmente viable y fuera de peligro hay que llegar a los 3.000-3.500 individuos, de los cuales 750 deberían ser hembras reproductoras. En este sentido, esta cifra ha pasado de 239 ejemplares en 2021 a 326 hembras territoriales.
Los 1.668 linces son prácticamente la mitad del camino para alcanzar el objetivo de salvar la especie. Para ello, también es necesario crear seis poblaciones más y eso requiere un trabajo previo, de localizar zonas con buenas densidades de conejo, zonas con un buen hábitat y sobre todo donde haya una buena aceptación social.
Para seguir impulsando la recuperación de la especie y potenciar la conexión entre las poblaciones, la Comisión Europea aprobó en 2020 el proyecto 'Life LynxConnect: creando una metapoblación de lince ibérico genética y demográficamente funcional'. El proyecto coordinado por la Junta de Andalucía, en el que participan 21 socios, entre ellos, comenzó en 2020 y continuará hasta final del 2025, ya ha cosechado sus primeros frutos.
Paralelamente a estos esfuerzos y para garantizar la supervivencia del lince recordamos que es primordial erradicar amenazas como los atropellos y el furtivismo que amenazan con dinamitar los progresos alcanzados.
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