What would you like to search for?

NOTICIAS

El uso energético de la biomasa para rentabilizar el monte

Patricia Gómez Agrela, Gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE).


 
El aprovechamiento responsable de la biomasa forestal para uso energético, con garantías de sostenibilidad ambiental y social, permite valorizar un recurso que permanece en el monte para obtener una nueva rentabilidad procedente de algo que hasta ahora era una fuente de costes y un riesgo potencial de incendios. Como biomasa forestal se entienden los productos obtenidos en aprovechamientos madereros, ya sean procedentes de cortas finales o cortas intermedias, leñas procedentes de trasmochos, o material vegetal procedente de cultivos energéticos, leñosos o herbáceos.

La valorización energética de la biomasa forestal, en España, es una de las  alternativas para cubrir las exigencias de la UE y el interés común por la gestión sostenible de los recursos forestales. La Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE) trabaja activamente para promover la utilización de biomasa forestal para uso energético.
 
¿Por qué el aprovechamiento de la biomasa supone una oportunidad para la prevención de incendios?

La acumulación desmesurada de combustible en nuestros montes favorece la propagación del fuego, generando incendios muy difíciles de extinguir que ponen en riesgo a la población y amenazan la conservación del patrimonio natural. En nuestros montes crecen cada año 46 millones de m3 de madera o biomasa, de los que únicamente se aprovechan 14 millones. Todos los años se van acumulando en nuestros montes 32 millones de m3 de material vegetal al no existir una actividad socioeconómica que justifique su gestión y aprovechamiento.

De los 32 millones de m3 que se quedan en el monte cada año, al menos 18 millones de toneladas de biomasa forestal podrían ser extraídas para utilizarlas con fines energéticos si se cumplieran las previsiones establecidas en el Plan de Energías Renovables 2011-2020, algo que no sucede. Por ello, el territorio rural-forestal se va despoblando y empobreciendo progresivamente, obviando esta ventajosa actividad económica a la que podría estar estrechamente vinculado.

En la actualidad existe un gran consenso entre propietarios forestales, gestores y científicos acerca del efecto positivo que tendría el aprovechamiento energético de la biomasa en la reducción de los incendios y en la propia gestión de los montes. Los tratamientos forestales preventivos para el aprovechamiento de la biomasa contribuyen a reducir el combustible vegetal disponible en los montes, reduciendo la continuidad horizontal y vertical de las masas forestales, minimizando las probabilidades de propagación de las llamas. Todo ello, a través de una correcta planificación que permita optimizar la extracción de la biomasa y generar los menores impactos sobre el medio.
 
¿Qué otros beneficios ambientales ofrece? ¿Cuál es su importancia social?

La biomasa forestal local reúne características que lo convierten en un recurso energético competitivo en el mercado de las energías renovables, en especial con destino térmico, lo que supone una oportunidad para reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles, mucho más impactantes y contaminantes. La distribución de los montes por todo el territorio hace que la biomasa forestal se encuentre a la puerta de los consumidores, pues se trata de un recurso energético de gran proximidad y económico.


© COSE

La combustión de biomasa forestal, a diferencia de los combustibles fósiles, favorece la reducción de emisiones de CO2 por tratarse de un balance nulo. Es decir, la biomasa forestal utilizada emite la misma cantidad de CO2 que la que va a capturar el nuevo árbol plantado en el monte, reduciendo así el efecto invernadero y, en consecuencia, frenando los efectos del cambio climático.

La selvicultura actual permite su aprovechamiento renovable sin comprometer la conservación de la biodiversidad, la permanencia de los bosques y la demanda de otros usos de la madera, creando empleo y riqueza en el medio rural y ayudando a disminuir el riesgo de incendio forestal. Por estos motivos, el aprovechamiento de la biomasa debería ser considerada de utilidad pública para la sociedad.
 
¿Qué potencial económico supone (o puede suponer) para las comarcas rurales?

La biomasa de origen forestal es la energía térmica mejor valorada en los países más avanzados del mundo y representa la energía renovable que más empleos genera en la Unión Europea.

En España, el conjunto de leñas y maderas generados en los montes están infrautilizados, generalmente por falta de rentabilidad, por lo que el aprovechamiento de la biomasa forestal con fines energéticos en los montes privados se presenta como una oportunidad de desarrollo rural. En muchos montes, sobre todo mediterráneos, constituye la única salida de aprovechamiento económico ya que no existen otros destinos para estas maderas.

El aprovechamiento de biomasa tiene un gran potencial para la generación de empleo. Esta bioenergía es capaz de producir 136 empleos directos, frente a 9 del petróleo o el gas natural, por cada 10.000 habitantes, sustituyendo las calderas de gasóleo y gas natural por calderas de biomasa. Según el PER 2005-2010, con la biomasa de uso térmico se podrían crear 17.277 puestos de trabajo al año.
 
¿Con qué limitaciones se enfrenta actualmente para su desarrollo?

Las administraciones continúan sin apostar por un apoyo decidido a la biomasa forestal. Falta diferenciar positivamente este tipo de energía renovable frente a otras, sobre todo de origen fósil, por los enormes beneficios que produce, y fomentar su consumo con políticas adecuadas y pensadas para promover el desarrollo rural.

Líneas de ayuda como los programas del IDAE y subvenciones como los Proyectos clima del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, han servido de impulso, pero es necesario llegar más al medio rural.
 
¿Cuál es su escenario futuro con las políticas actuales?

El Plan de Activación Socioeconómica de Sector Forestal (PASSFOR) contempla nueve medidas para fomentar el uso energético de la biomasa forestal (medidas 21 a 29), y en la modificación de la Ley 43/2003 de Montes incluye una disposición adicional cuarta. El Gobierno elaborará, en colaboración con las comunidades autónomas, una estrategia para el desarrollo del uso energético de la biomasa forestal, de acuerdo con los objetivos indicados en el Plan de las Energías Renovables en España.

Otra oportunidad son los Programas de Desarrollo Rural (PDR) donde la biomasa tiene cabida si las comunidades autónomas diseñan medidas para su fomento. Esperamos que estas medidas cuenten con el apoyo presupuestario suficiente y se haga seguimiento para que puedan llevarse a cabo e implementarse en el territorio.
 
¿Cómo podría fomentarse su desarrollo? ¿Alguna petición concreta prioritaria?

Desde COSE pedimos urgentemente cambiar de una política de extinción de incendios a una política de prevención, a través de la gestión sostenible de nuestros montes, que incluya una apuesta clara por la conversión de biomasa forestal en bioenergía, porque es, sin duda, una eficaz herramienta para la reducción de los incendios forestales.

También habría que plantearse unos incentivos al calor renovable desde la política energética del Gobierno y unirlas o buscar sinergias con políticas de desarrollo rural y con políticas ambientales.

Además, proponemos un modelo de comercialización de biomasa basado en la agrupación de propietarios forestales y la gestión colectiva a través de  acuerdos de abastecimiento con contratos sólidos y estables con los operadores de los centros de producción y consumo (calor, calefacción y agua caliente) para ofrecer garantía de suministro. El objetivo es desarrollar un modelo de contrato en el que el propietario no pierda la capacidad de decisión sobre la gestión de su producto y pueda valorizar su recurso.
© COSE
Aprovechamiento de biomasa forestal para uso energético
Ayúdanos a difundir este mensaje