Los incendios de California no tienen precedente

Publicado el 22 septiembre 2020

Las escenas apocalípticas se han multiplicado en las últimas semanas en Estados Unidos, ya que los incendios se cobran vidas e incineran comunidades enteras en la costa oeste.

Las causas: décadas centradas en la extinción de incendios con una gobernanza y desarrollo del uso de la tierra diseñados para un clima estable y el empeoramiento de la crisis climática.

La crisis climática juega un papel importante en el fortalecimiento de los incendios al aumentar las temperaturas, acelerar el deshielo y la intensificación de la sequía sin precedentes. Estos factores han llevado a que la temporada de incendios comience antes y termine más tarde, provocando impactos destructivos que no tienen comparación en la historia moderna. Los incendios de EE.UU han quemando más de millones de hectáreas em California, Oregon y Washington hasta la fecha (un área es más grande que todo el estado de Connecticut).

Las causas están profundamente interconectada y necesitamos una respuesta igualmente interconectada para gestionar el riesgo y proteger a las personas y la naturaleza en el futuro. La profunda conexión entre la naturaleza y la salud humana nunca ha sido más evidente que en la actualidad. La calidad del aire en Portland, Seattle y Los Ángeles se encuentra actualmente entre las peores del mundo.

Si bien, los incendios de California han cruzado fronteras mediáticas (y físicas: el humo de los incendios forestales ha viajado 4.970 millas para llegar incluso al norte de Europa) por su extraordinario tamaño y poder de destrucción, no son los únicos que tenemos que lamentar este año: la Amazonía sigue ardiendo, más cerca, Orense en Galicia ha surfrido un año más las consecuencias de las llamas, y de manera cada vez menos extraordinaria, el Ártico también lamenta incendios.

Desde WWF, en un informe de junio de 2020, hablábamos de "El Planeta en Llamas" y es que no se trata de un problema localizado. Debemos luchar contra el cambio climático y la deforestación para que los incendios forestales no destruyan los bosques del planeta.