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Nos sumamos a más de 200 científicos para exigir la protección urgente de la Amazonía, al límite de un punto de inflexión catastrófico

La Amazonía está cerca de un punto de inflexión catastrófico, debido a la deforestación, al degradación, los incendios forestales y el cambio climático

En la recta final de la COP26, nos sumamos al  primer análisis que aporta los hallazgos más detallados, completos y holísticos hasta la fecha sobre la cuenca del Amazonas  realizado por más de 200 científicos


El Informe de Evaluación de la Amazonía del Panel Científico para la Amazonía (SPA, por sus siglas en inglés)  insta a los políticos a emitir una moratoria de deforestación inmediata y evitar un punto de inflexión catastrófico que podría hacer que partes significativas de la selva tropical más grande del mundo se conviertan en una fuente de carbono permanente en lugar de un sumidero.

El Informe de Evaluación de la Amazonía del Panel Científico para la Amazonía, apoyado por WWF, recomienda una prohibición inmediata de la tala de bosques en todo el sur de la Amazonía, que comprende 2 millones de km2 de selva tropical desde el sur de Perú, Bolivia, el norte de Mato Grosso y el sur de Pará, estados de Brasil, hasta el Atlántico. Además, pide cero deforestación y degradación de bosques en toda la región antes de 2030.

Esto requerirá soluciones para hacer frente a los incendios que han afectado a los bosques amazónicos en los últimos años, la protección de las comunidades indígenas y el desarrollo de una economía sostenible. 

Roberto Troya, Director Regional para América Latina y el Caribe de WWF, dijo:


“Este informe es una rigurosa evaluación de las amenazas que avanzan rápidamente en la región, en particular con respecto a hechos nuevos y alarmantes relacionados con la probabilidad de un punto de inflexión inminente. El Amazonas es extraordinariamente único e insustituible y, sin embargo, existe un riesgo apremiante de perderlo en las próximas décadas si no se hace nada para detener su destrucción”.
 

La Amazonía está cerca de un punto de inflexión catastrófico, debido a la deforestación, al degradación, los incendios forestales y el cambio climático


El informe, presentado en el último día de la COP26, advierte que la región se acerca a un potencial punto de inflexión catastrófico debido a la deforestación, la degradación, los incendios forestales y el cambio climático. La evidencia reciente, que considera sus efectos combinados, sugiere que este umbral podría alcanzarse entre el 20 y el 25% de deforestación. En la actualidad, el 17% de los bosques amazónicos ya se ha perdido y al menos un 17% adicional se ha degradado.

El sistema de la Amazonía es complejo y, por lo tanto, el futuro es difícil de predecir con certeza. Pero la evidencia es clara respecto a que se está en camino hacia un futuro con ciclos de reducción de lluvias, incendios y aumento de la mortalidad de los árboles. Cruzar tal punto de inflexión podría resultar en una pérdida permanente de bosque húmedo tropical y su conversión a ecosistemas secos degradados con una cobertura arbórea menor. Este cambio repentino y posiblemente irreversible podría resultar en la liberación de grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, un colapso repentino de la biodiversidad y la pérdida de humedales importantes, con altos costes para la sociedad, afectando el suministro de agua urbana, la agroindustria, los medios de vida locales y la capacidad de la humanidad para frenar el aumento de las temperaturas del planeta.

Más allá de los nuevos datos relacionados con el punto de inflexión, los científicos que desarrollaron el informe - las dos terceras partes son de países amazónicos, incluidos científicos indígenas - también ofrecen la información científica más reciente que cubre todos los aspectos de la Amazonía. Esto incluye los factores geológicos que llevaron a su formación hace millones de años, su papel como uno de los elementos más críticos del sistema terrestre, el alcance de su riqueza biológica y cultural, el contexto sociopolítico de la región, las transformaciones que ha sufrido en las últimas décadas y su relevancia para el cambio climático. Además, este informe plantea estrategias para construir un futuro sostenible para la Región Amazónica.

Los copresidentes del panel, Carlos Nobre, científico senior del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (INPA) de Brasil, y Andrea Encalada, vicerrectora de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, lideraron la elaboración del Informe bajo el auspicio de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU, presidida por el académico estadounidense Jeffrey Sachs.

Felicitamos a los autores del informe y la valiosa información científica que este proporciona, que apoya inequívocamente el llamamiento de los científicos a un código rojo para la Amazonía y la urgente necesidad de detener la deforestación y la degradación forestal antes del 2030.


Reconocemos el gran valor de la unión de ciencia rigurosa y profunda y el conocimiento indígena y tradicional en este informe integral, que debería ser la base para la toma de decisiones para la Amazonía de ahora en adelante. El informe muestra que necesitamos un cambio en el paradigma de desarrollo, la dinámica del mercado y las finanzas, y los comportamientos que están detrás de la destrucción de esta región. Detener la pérdida de biodiversidad es fundamental para incrementar la resiliencia de la Amazonía y reducir la posibilidad de que el sistema colapse en un futuro próximo.

El informe también destaca el papel fundamental de las áreas protegidas y los territorios indígenas en la protección de la biodiversidad. Incluir a los pueblos indígenas y la gama más amplia de comunidades locales en la toma de decisiones y garantizar la protección de sus tierras y territorios, son aspectos cruciales para mantener bosques pujantes en pie, dándonos una oportunidad contra la crisis climática y, al mismo tiempo, permitiendo prosperar a las economías y culturas locales.

Roberto Troya agregó que “a pesar de las terribles predicciones, es posible un futuro diferente, uno en el que se avance en las vías de un desarrollo sostenible e inclusivo, donde las personas que viven en la Amazonía satisfagan sus necesidades y aspiraciones y al menos el 80% de los bosques permanezca en pie. Para que esto sea posible, necesitamos promover una fuerte colaboración entre diferentes sectores; la formulación de políticas debe basarse en la investigación científica y en los conocimientos tradicionales y de los pueblos indígenas; y debemos trabajar hacia una bioeconomía basada en medios de vida sostenibles, inversiones y cadenas de suministro responsables, respeto por los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales y la eliminación de actividades ilegales”.

Los datos más importantes del informe:

  • La Amazonía, con su notable dotación de biodiversidad única e irremplazable, es producto de dinámicas complejas que han evolucionado conjuntamente durante millones de años y que confieren estabilidad y resiliencia a sus ecosistemas terrestres y acuáticos.
  • El papel de la Amazonía es fundamental en el ciclo global del agua y para la regulación del clima: su descarga fluvial representa del 16 al 20% de la descarga total de agua de los ríos a los océanos y almacena aproximadamente de 150 a 200 mil millones de toneladas de carbono en el suelo y la vegetación.
  • Las perturbaciones humanas están cambiando la forma en que funcionan los bosques y otros ecosistemas de la Amazonía, impactando el almacenamiento y el secuestro de carbono, disminuyendo la productividad y la resistencia de la cuenca del Amazonas a las perturbaciones y afectando su capacidad para suministrar servicios ecosistémicos regionales y globales vitales.
  • En la actualidad, muchas especies están en alto riesgo de extinción, y varias están restringidas a porciones menores de su área de distribución original, con mayores impactos sobre sus interacciones e interdependencias.
  • La Amazonía es particularmente vulnerable al cambio climático. El clima de la selva tropical pronto podría alcanzar un punto de inflexión con consecuencias globales, más allá del cual la mayor parte del bosque restante cambiaría de forma irreversible a un ecosistema diferente y altamente degradado.
  • La Amazonía es el hogar de alrededor de 47 millones de personas, incluidos casi 2,2 millones de pueblos indígenas distribuidos entre más de 400 grupos que hablan más de 300 idiomas. Los territorios indígenas y las áreas protegidas cubren alrededor del 50% de la cuenca del Amazonas y son esenciales para la conservación de los ecosistemas terrestres y el agua dulce. Entre 2000 y 2018, solo el 13% del área total deforestada en la cuenca ocurrió dentro de estas tierras. Se estima que aproximadamente la mitad de todos los territorios indígenas y áreas protegidas sufren la presión de la deforestación ilegal, la tala, la minería y el acaparamiento de tierras, lo que agrava las amenazas a la Amazonía y sus pueblos.
  • La conservación y manejo sostenible de los ecosistemas amazónicos depende en gran parte de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
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