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Las principales amenazas para los ecosistemas marinos son resultado de la actividad humana
© Brent Stirton / Getty Images / WWF-UK

Áreas marinas protegidas. Las actividades humanas amenazan los mares:

Sobrepesca 

En Europa se pesca mucho más de lo que nuestros mares son capaces de generar para abastecer un mercado que come mucho más pescado y marisco del que somos capaces de producir, y la demanda no baja. 

Destrucción y fragmentación de hábitats

Bosques de corales o praderas de posidonia oceánica son algunos ejemplos de los hábitats marinos más afectados. ¿Las causas? por ejemplo, la pesca destructiva, que arrasa los fondos, o la construcción de puertos deportivos, entre otros. 

Contaminación 

Algo que salta a la vista en nuestras playas donde flotan los plásticos y basuras, altamente dañinos y peligrosos para las especies. Peor que los plásticos son los microplásticos, que se encuentran en cientos de productos de consumo diario en los hogares como la pasta de dientes o la laca de uñas y que acaban en el mar por toneladas. 

Introducción de especies invasoras 

Las más conocidas son las que están en tierra (el mapache, las tortugas de Florida) pero en el mar también las hay.

El tráfico marítimo, en un mundo globalizado y cada vez más conectado, es una fuente potencial de introducción de especies invasoras.

Un ejemplo es el caso del alga Caulerpa (originaria de Australia), que llegó al Mediterráneo resultado de un accidente en un acuario, y que está haciendo muchísimo daño a los ecosistemas autóctonos.

Calentamiento global 

Provoca el blanqueamiento y muerte de los corales, la acidificación de los mares, migraciones de muchas especies o la inundación de humedales, entre otros.

El impacto del ser humano y el "crecimiento azul"

Nuestra capacidad para dominar el entorno se ha desarrollado como nunca antes. Las actividades marítimas se prevé que van a seguir creciendo en los próximos 20-30 años. Una consecuencia de esta expansión es un aumento de la competencia por el acceso a los recursos marinos y por el espacio, lo que se traducirá en una mayor presión sobre unos ecosistemas, cada vez más afectados y frágiles. Por eso no es de extrañar el interés creciente con el que se mira hacia el mar para tratar de atender a estas necesidades y que se conoce como "crecimiento azul" o “blue growth”.


Hemos de ser conscientes de que los recursos en el planeta son limitados y tienen sus ritmos naturales, a los que debemos acomodarnos y no gestionarlos como si fuesen infinitos ni pretender que sean ellos los que se adapten a nuestros ritmos de consumo.

Buscamos una Planificación Espacial Marina inteligente.

Necesitamos ordenar, con criterios de sostenibilidad y responsabilidad, el crecimiento de las actividades que se realizan en los mares (turismo, pesca, acuicultura, tráfico marítimo, minería marina, biotecnología, energía, etc) sin que comprometa el buen estado de nuestros mares y sus valiosos recursos naturales. 

Dentro de esta planificación, WWF propone unos mares libres de petróleo y gas. 

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