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Pedimos a la Presidencia española una apuesta decidida por el Pacto Verde Europeo

La presidencia española tendrá la responsabilidad de dar un notable impulso a un amplio conjunto de normativas fundamentales para garantizar la transición ecológica justa y además deberá establecer las bases para la próxima legislatura europea.

Arranca la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, en un momento clave para las políticas europeas y de máxima incertidumbre, a nivel nacional y europea, por la creciente oposición de ciertos sectores a las políticas del Pacto Verde Europeo.

Por eso, pedimos al Gobierno y a todas las fuerzas políticas la máxima ambición y que siga impulsando el Pacto Verde Europeo, puesto que se trata de la principal herramienta para hacer frente a la doble emergencia climática y medioambiental que estamos sufriendo. 

La presidencia española es clave ya que es la penúltima antes de las elecciones al parlamento europeo que se van a celebrar en junio de 2024, por lo que aquellos expedientes legislativos que no se finalicen o que no reciban un decidido impulso en este semestre, difícilmente serán aprobados en este período legislativo. Asimismo, aquellos expedientes que no hayan avanzado notablemente, tendrán muy pocas opciones de tener continuidad después de junio de 2024.

 Este esfuerzo final se produce además en un momento en el que existe un importante número de normas sobre la mesa y cuando por parte de determinados sectores, partidos políticos e incluso gobiernos se está cuestionando el Pacto Verde Europeo. Un buen ejemplo es la compleja tramitación parlamentaria que está teniendo la ley de restauración de la naturaleza, a la que se está oponiendo el lobby agroindustrial, secundado por el Partido Popular europeo y los grupos de ultraderecha, usando argumentos que han sido rebatidos por la comunidad científica y por las empresas.

En este escenario la presidencia española del Consejo de la UE adquiere una notable relevancia y desde WWF España reclamamos tres grandes peticiones.  Por un lado, una presidencia ambiciosa y que sea capaz de facilitar que los diferentes expedientes relacionados con el Pacto Verde Europeo avancen y se logren consensos que garanticen progresos hacia una transición ecológica justa. 

Cabe destacar que bajo la presidencia española se empezarán a establecer las bases para orientar las líneas de trabajo para la próxima Comisión Europea. Esto será uno de los elementos clave en las discusiones que se producirán en la cumbre de cumbre de jefes de Estado, que se celebrará a primeros de octubre en Granada. Los principios y la continuidad del Pacto Verde Europeo deben estar presentes en documentos como la Agenda estratégica o el Plan de autonomía estratégica abierta que se debatirán en esta cumbre. 

Por otro lado, es fundamental que la presidencia española ejerza un importante liderazgo internacional, que refuerce el papel de la UE y que contribuya a que las diferentes cumbres , como la Cumbre del Clima (COP 28) puedan llegar a acuerdos importantes para el planeta. 

Durante la presidencia se van a continuar con un importante conjunto de normativas relacionadas con la transición ecológica, destacando sobre todo los temas relacionados con la energía. Los más importantes son la reforma del mercado eléctrico y los expedientes legislativos pendientes del Fit for 55, un conjunto de medidas que deben permitir a la UE cumplir con los objetivos de reducción de emisiones, entre las que se incluye el paquete de Gas e Hidrógeno y el reglamento de eficiencia energética. 

En este semestre también se deben presentar a Bruselas los Planes nacionales de energía y clima y se debe negociar el objetivo de reducción de emisiones para 2040, clave para poder llegar a la COP con una posición ambiciosa y de liderazgo. 

También hay que destacar la Directiva europea de Diligencia Debida, clave para que el sector empresarial asuma su responsabilidad en la lucha contra el cambio climático y proteja los derechos humanos. Otra de las normativas fundamentales es la ley de restauración que, si obtiene el visto bueno del Parlamento Europeo en la votación de la próxima semana, deberá ser negociada bajo presidencia española, que tendrá el difícil papel para negociar un texto potente y ambicioso. 

Y por último, otras dos normas que al igual que la ley de restauración están encontrando una fuerte oposición por parte del lobby agrario industrial, son la ley sobre sistemas alimentarios sostenibles y la regulación sobre el uso sostenible de plaguicidas. Estas son fundamentales para garantizar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios y poder cumplir con las estrategias europeas de biodiversidad y de la Granja a la mesa. 
 
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