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El PNIEC incrementa su ambición climática, pero sigue sin estar en línea con un escenario que limite el incremento medio de la temperatura a 1,5ºC

Valoramos positivamente el aumento de ambición presentado en algunas áreas del PNIEC. Sin embargo, lamentamos que el objetivo de reducción de emisiones siga siendo insuficiente y que el Plan no establezca compromisos firmes para el abandono de los combustibles fósiles, principales causantes del cambio climático.

Si bien el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima acierta en la necesidad de elevar la ambición en materia de reducción de emisiones, pasando del 23 % al 32 % con respecto al año 1990, desde WWF consideramos que el nuevo objetivo sigue siendo insuficiente, y que éste debería aumentarse hasta alcanzar una reducción del 55 % para el año 2030 con el fin de limitar el incremento medio de la temperatura global a 1,5ºC. 

Una de las grandes carencias del nuevo Plan, a pesar de su renovada ambición, es la falta de compromiso para lograr el abandono de los combustibles fósiles y, en particular, del gas natural. Los combustibles fósiles son los responsables de más del 75 % de las emisiones a nivel nacional y, sin embargo, el PNIEC no propone objetivos ni medidas contundentes para desprenderse de ellos en los tiempos necesarios para limitar el incremento medio de temperaturas a 1,5ºC. En concreto, las previsiones de gas natural permanecen invariables con respecto a la versión anterior del Plan, posponiendo hasta futuras revisiones lo que constituye la principal barrera al proceso de descarbonización. 

Por su parte, si bien el objetivo de energías renovables también se ha visto incrementado en el nuevo PNIEC (81 % renovable en el sector eléctrico para el año 2030), WWF considera que se queda corto en su esfuerzo por desplazar a los combustibles fósiles dentro del sector energético. En este sentido, insistimos en la necesidad de alcanzar un sector eléctrico 100 % renovable para el año 2030, asegurando una tasa de electrificación de la economía más ambiciosa que la presentada en el Plan (especialmente para sectores clave como el transporte o la climatización), y que apenas se ve incrementada con respecto a su versión anterior.

Por otro lado, el nuevo PNIEC apuesta por un modelo de producción y exportación de hidrógeno renovable a gran escala (triplicando las previsiones anteriores), con la construcción de grandes infraestructuras de producción y transporte de hidrógeno a nivel nacional y europeo a pesar de no existir una demanda real para el sector. Esta estrategia implica un sobredimensionamiento del parque renovable y de la infraestructura gasista, con el impacto que ello supone para la naturaleza y los territorios. Desde WWF rechazamos este enfoque e insistimos en la necesidad de llevar a cabo una planificación del sector que atienda a la demanda real esperada, y que limite el uso del hidrógeno renovable a los sectores domésticos que no pueden ser electrificados, a fin de evitar un creciente impacto en el territorio derivado del despliegue de grandes infraestructuras. 

Por último, valoramos positivamente que la nueva versión del Plan haya incluido nuevas medidas para compatibilizar la transición energética con la biodiversidad y el territorio. Sin embargo, lamentamos que la protección de la naturaleza no haya sido integrada como aspecto central a lo largo de todo el Plan. En este sentido, desde WWF insistimos en la necesidad de llevar a cabo una planificación territorial para la identificación de espacios prioritarios (zonas antropizadas como puertos, infraestructura pública, carreteras, aparcamientos, polígonos industriales o vertederos, entre otros) y zonas de exclusión para el desarrollo de nuevas energías renovables.

También se considera necesario incrementar los objetivos de autoconsumo, actualmente muy por debajo del potencial nacional, de cara a favorecer una transición justa y compatible con la naturaleza y el territorio, así como aumentar los esfuerzos en materia de reducción de consumo anual para limitar los impactos del sector energético y la necesidad de sobredimensionar el parque renovable nacional.   

Tal y como ya advirtió el IPCC en su último informe, la ventana de oportunidad para limitar el incremento medio de la temperatura global a 1,5ºC se está cerrando, y se hace por tanto necesario llevar a cabo medidas urgentes para evitar los peores impactos del cambio climático. En esta situación, una mejora del PNIEC no es suficiente. Se requiere un marco mucho más ambicioso para garantizar una transición energética compatible con el clima, la naturaleza y las personas. 
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