Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales

Hoy, más que nunca, ponemos de relieve la incidencia de la crisis climática en grandes incendios como los de Hawai, Portugal o Tenerife. La sequía persistente, unida a las olas de calor y al debilitamiento de las reservas hídricas de los suelos convierten los incendios en ingobernables, lo que supone un gran riesgo para los ecosistemas y la vida de muchas personas. Todo ello demuestra que la prevención es la clave para evitar este tipo de catástrofes. 

Esta peligrosidad extrema de los incendios se debe en gran medida a la crisis climática, pero también a la intensa transformación del paisaje sufrida desde la segunda mitad del siglo pasado como consecuencia del abandono de usos y aprovechamientos en el medio rural.  

El panorama actual de incendios forestales es realmente preocupante, provocando catástrofes naturales y sociales sin precedentes. En Hawai, esta misma semana el fuego ha consumido más de 2 000 ha y se ha cobrado la vida de al menos 111 personas, dejando cientos de desaparecidos en la zona. En Tenerife, el incendio que comenzó el pasado martes afecta ya a más de 3 273 ha en un perímetro de 41 km y ha alcanzado los municipios de Arafo, Candelaria, Santa Úrsula, La Victoria de Acentejo, El Rosario, La Orotava, El Sauzal y Tacoronte, desplazando a más de 7 600 personas. 

Ambos casos son ejemplos de los llamados “incendios ingobernables” que, agravados por la sequía persistente, las olas de calor y la falta de humedad en el suelo, suponen un grave riesgo no solo para los bosques, sino también para quienes viven en zonas cercanas a los mismos.

En nuestro Informe “Incendios forestales 2023: Incendios extremos e inapagables”, publicado el pasado mes de julio, realozamos un análisis pormenorizado acerca de las causas de estos incendios, así como una serie de propuestas para prevenir este tipo de catástrofes y favorecer paisajes vivos, diversos, resistentes y resilientes.

Tanto la actual política de extinción, como las herramientas de prevención existentes a día de hoy son claramente insuficientes para enfrentar este tipo de incendios. Por ello, consideramos que es necesario que socialmente se tome conciencia acerca de los riesgos que estos implican, así como asumir una responsabilidad colectiva. 

Además, la administración debe promover medidas de prevención teniendo en cuenta el contexto actual de emergencia climática desde un enfoque holístico a través de una Estrategia Estatal de Gestión Integral de Incendios Forestales que transforme el territorio.

Entre las medidas que proponemos destacan las relativas a: impulsar la prevención a escala paisaje que incluyan una fiscalidad verde y estrategias de financiación sostenible, promover el desarrollo rural para garantizar la resiliencia de los paisajes, comunicación y autoprotección para que la población aprenda a convivir con los incendios, así como medidas para reducir la siniestralidad y acabar con la impunidad de los causantes de estos incendios, en caso de ser provocados.