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© General Directorate of Forestry Turkey (OGM) Photographer Aykut İnce (1)

Bosques: Los peores incendios forestales de la Península Ibérica

En esta página, analizamos los peores incendios forestales que se han producido en España y Portugal en los últimos años. Pero, empecemos por definir ¿qué son los grandes incendios forestales? Los llamados GIF, son aquellos que superan las 500 hectáreas calcinadas. Ocurren en una proporción muy baja, pero suponen daños catastróficos para el paisaje, la economía de un país y la vida de sus habitantes. 

Además, ha surgido lo que la comunidad científica ha denominado incendios de sexta generación. Son muy peligrosos e imposibles de apagar por los medios de extinción. Son incendios con un comportamiento explosivo y extremo, que se propagan a gran velocidad. Están claramente vinculados al cambio climático y modifican las condiciones meteorológicas de la zona afectada. 

En España, a pesar de la reducción del número total de incendios forestales y de la superficie quemada, los 11.700 siniestros que se producen de media al año son una cifra insostenible e inaceptable. 

En los últimos veinte años, la mayor concienciación ciudadana y la creciente persecución de los delitos incendiarios y la mejora de los equipos de extinción han logrado reducir el número de incendios que se producen cada año en España. Entre 2010 y 2019 el número de siniestros se redujo un 36% respecto a la década anterior, y la superficie quemada en los incendios forestales, también en los últimos diez años y respecto a la década anterior, disminuyó un 27%.

Sin embargo, estos números no son indicador suficiente para afirmar que el impacto del fuego esté reduciéndose en España. El aumento en la proporción de incendios extremos obliga a cuantificar los daños ecológicos, sociales y económicos que deja cada año el fuego. Los grandes incendios forestales en España apenas suponen el 0,18% del total, pero en ellos arde el 40% de la superficie total afectada. En España y Portugal, lamentablemente, tenemos varios ejemplos de estos grandes incendios forestales incontrolables y desvastadores en nuestra historia reciente. 

Grandes incendios forestales. Menor número, mayor destrucción

Analizamos los episodios más dramáticos protagonizados por grandes incendios forestales que se han sucedido en España y Portugal para comprender qué se ha hecho mal y que no vuelva a suceder.

Arafo-Candelaria en Tenerife (agosto 2023)
El peor incendio del verano de 2023 en España. Ha sido el más extenso con casi 13.600 hectáreas quemadas, 9.000 de ellas en el Parque Nacional de la Corona Forestal, el mayor espacio protegido de Canarias con zonas de gran valor natural por la presencia de especies endémicas y amenazadas. Además, ha sido uno de los más complejos de los últimos 40 años en las islas, poniendo en riesgo varios núcleos de población y provocando la evacuación de miles de personas. Prueba de su complejidad han sido su inesperadas reactivacionesen el mes de octubre.

Además de la alarma civil que supone pérdidas materiales y miles de evacuados, la pérdida de riqueza natural al calor de las llamas es también altísima y tardará décadas en recuperarse. Alexis Rivera, técnico de proyectos de la Oficina de WWF Canarias, explica en este video el impacto medioambiental del incendio en la flora y fauna de la zona afectada.



Este incendio de sexta generación deja patente que los efectos de la crisis climática, como olas de calor o sequías persistentes, están debilitando y estresando los ecosistemas forestales, con vegetación y suelos cada vez más secos y más inflamables. 

Bejis, Castellón (agosto 2022 )
Difícil será de olvidar este virulento incendio que arrasó con 19 000 hectáreas de bosque en Castellón. Un desastre ambiental y civil que hizo que el el Gobierno ha declarado la zona como catastrófica. 
Sierra de la Culebra (junio de 2022)

El verano de 2022 ha empezado de la peor manera posible. Más de 22.000 hectáreas arrasadas en la Sierra de la Culebra (Zamora). El peor incendio registrado en Castilla y León.

Esta sierra es Reserva Regional de Caza y Reserva de la Biosfera, paraíso del lobo ibérico, una zona de gran importancia ecológica de esta zona. 

©Junta de Castilla y León

Navalacruz (Ávila) - 2021

En agosto de 2021 en Navalacruz (Ávila) se ha producido el que ya es el cuarto peor incendio de nuestra historia por volumen de hectáreas quemadas: 22 000.

Incendio de Minas de Riotinto (Huelva) - 2004

El fuego quemó casi 35 000 hectáreas de monte de Sevilla y Huelva. Además, este terrible incendio se cobró la vida de dos personas. En esta zona se trabajaba el corcho. El incendio supuso un gran golpe para la economía local que, además, sufre cada vez de despoblamiento rural, acelerado por este desastre ambiental. 

Cortes del Pallás (Comunidad Valenciana) - 2012

En la Comunidad Valenciana existen grandes extensiones forestales consideradas de alta peligrosidad de incendio. De hecho, en la Comunidad Valenciana solamente el 2% de las masas forestales contaba con un instrumento de gestión.

Por ello, con este proyecto vamos a crear un paisaje que minimicen la propagación y severidad del fuego e incrementen su resiliencia frente a nuevos incendios.

2012 fue un año negro en materia de incendios forestasles, y la Comunidad Valenciana fue una de las tristres protagonistas. Los incendios forestales calcinaron casi 60.000 ha en la Comunidad Valenciana, y de ellas, 30.000 ha se concentraron en el denominado incendio de “Cortes de Pallás”.



En WWF estamos trabajando en la restauración de parte de la zona afectada, utilizando restauración ecológica y convirtiendo 125 hectáreas en un paisaje mosaico. 

Incendio forestal en la Sierra de Gata (Cáceres) - 2015

El balance de este incendio, que se inició el 26 de agosto de 2015, fueron 7 800 hectáreas de gran valor ecológica quemadas y 4 000 personas evacuadas. Un año después, acudimos a la zona a escuchar las historias de personas que lo vivieron en primera persona y que perdieron parte de ellos mismos en ese incendio. 


Incendio forestal en Pedrógão Grande (Portugal) - 2017

El sábado 17 de junio a las cinco de la tarde una descarga procedente de un tendido eléctrico se convertía en uno de los episodios más graves y tristes de la historia portuguesa. En total se registraron 64 víctimas mortales, más de 250 heridos y 29 000 hectáreas ardidas, convirtiéndose en el segundo incendio más grande en Portugal desde que hay registros y, probablemente, el que mostró un comportamiento más extremo. A las pocas horas desde que la chispa saltó, el comportamiento del fuego se hizo extremo, originando una fuerte corriente de aire que hizo avanzar bruscamente los frentes de llama, generando numerosos focos secundarios y una auténtica lluvia de fuego. En menos de un cuarto de hora, el fuego recorrió 2,5 kilómetros, atrapando a la mayoría de las víctimas mortales. En tan solo una hora ardieron 4 500 hectáreas. La comisión de expertos encargada de investigar qué sucedió en Pedrógão determinó que la vegetación existente bajo el tendido eléctrico no estaba desbrozada. Apenas había habilitados perímetros de protección alrededor de las casas y caminos. Los puestos de vigilancia no estaban activos, los medios disponibles eran insuficientes y hubo deficiencias en el mando y gestión de la operación de socorro. Todo lo que pudo salir mal aquel día, salió mal. El informe de expertos reconocía que, dada la virulencia del fuego, la probabilidad de controlar el incendio hubiera sido mínima incluso en presencia de unos dispositivos de extinción reforzados y bien organizados, dejando claro que la extinción ya no es suficiente, el fuego se previene.

Incendios en octubre de 2017 en Galicia y Portugal

Entre el 8 y el 15 de octubre de 2017 una oleada de incendios mantuvo en jaque a  poblaciones y dispositivos de extinción del noroeste ibérico. Entre Galicia y Portugal ardieron unas 300 000 hectáreas. 

En Galicia se quemaron 47 000 hectáreas en 352 siniestros. La velocidad de propagación del fuego llegó a superar los 6 km/h, lo que supone de tres a nueve veces por encima de la capacidad de extinción. Estos incendios superaron presas, crearon focos secundarios hasta a dos kilómetros de distancia y generaron una tormenta de fuego.

Portugal batió su récord histórico de incendios simultáneos, contabilizándose más de 440 en el centro y norte del país. Aquellos días las condiciones meteorológicas eran especialmente adversas y sucedió algo insólito hasta la fecha: la llegada del frente tropical Ophelia, con vientos huracanados muy secos e intensos que expandieron con facilidad las llamas e hicieron prácticamente imposible su control.  

En Galicia, entre el 60 y el 90% de los fuegos mostraron indicios de intencionalidad. En Portugal, fuentes oficiales apuntaron a comportamientos negligentes. 

Incendio en el Parque Natural de Doñana - 2017

La noche del 24 de junio de 2017 y los días que siguieron serán imposibles de olvidar para quienes vivieron el incendio de las Peñuelas. Iniciado en Moguer (Huelva) por una negligencia, el viento lanzó el fuego hacia el Espacio Natural de Doñana con una virulencia terrible. Ardieron más de 8 000 hectáreas, incluidas áreas sensibles para especies amenazadas como el lince, y miles de personas tuvieron que ser evacuadas.

Se confirmó que el origen del fuego estuvo en una negligencia de una empresa carbonera de la zona. 



La relación entre WWF y Doñana se remonta al origen de esta organización, y este incendio nos supuso un duro golpeDesde WWF continuamos trabajando en la recuperación de la zona. Este incendio debe servir para lograr que Doñana sea más resistente al fuego, recuperando ecosistemas diversos y la vegetación original de la zona y evitando crear de nuevo grandes masas de pinares como las que han ardido.

El incendio de Valleseco (Gran Canaria) - 2019

Este terrible incendio mostró un comportamiento excepcionalmente agresivo y peligroso. Obligó a evacuar a 10 000 personas y devoró cerca de 10 000 hectáreas (el 6,5% de la superficie de la isla) en 40 días, que fue lo que se tardó en extinguir. Una vez más, una negligencia fue la causa. El incendio se inició en una línea eléctrica privada sin el adecuado mantenimiento.

Si bien no hay consenso científico sobre que fuera de sexta generación, los expertos de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria coinciden en que el incendio creó sus propias condiciones meteorológicas que, a su vez, generaron la formación de pirocúmulos, que pueden derivar en tormentas de fuego. 

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