Muchos dicen que, a este ritmo, no habrá comida para los miles de millones de humanos que habitamos este Planeta. Sin embargo, esa afirmación no es real. Sabemos que el problema no es la escasez, sino una producción mal planteada e insostenible, precios elevados para productos producidos de manera sostenible, y unos hábitos alimenticios que fomentan el deterioro de nuestra salud y la de la Tierra.
Según nuestros últimos datos (Informe Planeta Vivo 2016):
Creemos en una nueva forma de hacer las cosas, por eso desarrollamos proyectos que demuestran cómo las buenas prácticas en producción agrícola, ganadera y forestal son también rentables y beneficiosas para el medio ambiente a medio largo plazo.
Es necesario:
La Política Agraria Común Europea (PAC) sigue apoyando en gran medida las formas de producción insostenibles (como el regadío en zonas con escasez de agua); mientras, penaliza a aquellos agricultores y ganaderos que apuestan por prácticas sostenibles, claves para el buen estado medioambiental.
Son agroecosistemas emblemáticos (como la dehesa, estepas cerealistas, prados y pastos...) de los que se obtienen productos de máxima calidad, y que son el ejemplo perfecto de la simbiosis que existe entre agricultura y ganadería y conservación de la biodiversidad.
Desde WWF realizamos proyectos piloto y apostamos por aquellos que suponen prácticas agrarias, ganaderas y forestales basadas en el respeto a la naturaleza, la innovación y la obtención de productos de calidad.
El problema del abandono de la agricultura y ganaderia tradicional por la "baja rentabilidad". La agricultura y ganaderia de alto valor natural "no interesa" y carece de ayudas. España es el cuarto país europeo con más despoblación de zonas rurales. A pesar de que representa el 90% del territorio, sólo el 13% de los habitantes vive en el medio rural. Sin embargo, nuestro país cuenta con la mayor superficie y tipos de Sistemas de Alto Valor Natural (SAVN) de toda la Unión Europea.
En el diseño de nuestros proyectos, las comunidades locales y su bienestar son centrales, y trabajamos cerca de ellos y con ellos.
Olivar, dehesa y viñedo son tres ejemplos claros de la cultura Mediterránea donde una producción bien planteada puede ser beneficiosa para todos: