Analiza el estado de salud de un rio y descubre su biodiversidad

En primer lugar y súper importante: conviene recordar unas normas básicas de seguridad para evitar perjuicios al río y daños personales:

El equipo básico que necesitaremos es un buen calzado, ya sean botas/ calzado de montaña, o si vamos a entrar en el río unas botas de agua o sandalias, protección para la cabeza (gorra/sombrero) y crema solar. Son frecuentes los resbalones en las piedras del lecho del río, y aunque es verano, conviene llevar una toalla y ropa de cambio por si nos mojamos. Y como material para la inspección del tramo conviene llevar: 

Con estos materiales, que caben todos en el espacio de una mochila, tenéis todo lo básico para poder acercaros al río y pasar un día de exploración por el cauce y sus riberas.

Una recomendación clave es causar la mínima perturbación posible en el río en nuestra visita. Para ello, recoge todo el material empleado al terminar, llévate los restos y residuos que hayas generado y encuentres a tu paso para depositarlos en el contendor adecuado, molesta lo menos posible a los animales y no dañes ni arranques las plantas que encuentres.  

Paso 1) Haz un esquema del río  

Empecemos por conocer las partes de un río haciendo un esquema del mismo. Antes, os explicamos cuáles son las partes básicas de un río. 

Una manera sencilla de caracterizar y describir nuestro tramo de río es hacer un esquema del mismo. Para ello, a medida que avancemos en el tramo del río aprovecharemos para situar, de la manera más precisa posible, todos aquellos elementos que lo hacen singular.  No hace falta que sea un esquema perfecto; lo mejor es echarle imaginación y hacer un mapa conceptual que nos sirva para recoger todos los elementos que nos llamen la atención, situaros unos respecto de otros y describir de manera visual las diferentes partes de un tramo y sus características. El siguiente esquema puede servir de ejemplo. 

Este esquema nos permitirá tener siempre presente qué hay en el tramo del río y dónde se encuentra. Además, facilitará el seguimiento de los cambios que se produzcan en el caso de que lo visitemos asiduamente. 

Colócate en la parte más alejada, aguas abajo, del tramo escogido.
Coge una hoja de papel y divide su longitud en cinco partes iguales para tener una referencia a la hora de dibujar. Cada parte equivale a unos 10 metros.
Podemos subdividir cada una de ellas en cuatro partes más, de tal forma que ahora cada una equivaldrá a 2,5 metros.
Para determinar las distancias en el río, podemos contar pasos: el paso completo de una persona adulta que mida aproximadamente 1 metro.
A medida que avancemos río arriba, iremos dibujando nuestro tramo del río y anotando de forma sistemática los elementos más característicos encontrados.
No hace falta anotarlo todo. Es un esquema, no un dibujo detallado. 

Paso 2. Apunta sus características básicas

• Si lleva agua o no (es decir, comprobar si el flujo del agua es continuo, intermitente con balsas de agua desconectadas entre sí o nulo)

• Profundidad (podéis utilizar un bastón de paseo o un palo que encontréis para luego medir fuera del agua)

• Anchura (si se puede, cruzar con cuidado y contar los pasos y si no estimar aproximadamente para hacerse una idea)

• Caudal (la cantidad de agua que pasa habitualmente por un punto del río. Se calcula dividiendo la velocidad del agua entre la sección del río)- ¡TRUCO! Una forma sencilla de medir la velocidad es tirar un objeto que flote en el agua, y medir el tiempo que tarda en recorrer los 10 metros, situando a un compañero en cada extremo de la distancia.

• Olor (si huele a alcantarilla, huevos podridos o a estiércol indica que hay un problema de contaminación)

• Color del agua.

  • Los ríos que tienen buena salud suelen ser transparentes, o pueden ser marrones (color de té) debido a los ácidos tánicos de las tierras humedecidas o pantanosas.

  • Un río opaco o turbio puede indicar la presencia de sedimentos arrastrados por la lluvia reciente o bien sólidos en suspensión provenientes de una planta de tratamiento de aguas residuales. También puede ser el resultado del movimiento de tierras provocado por la extracción de gravas.

  • Aguas de color blanquecino, o bien con una tonalidad agrisada, pueden indicar vertidos ilegales o filtraciones de sistemas sépticos o aguas residuales urbanas.

  • Por último, los vertidos industriales suelen destacar por la amplia variedad de colores, así como por olores fuertes e intensos.

3) Estudia su biodiversidad  

¿Cómo valorar el estado de salud del río a través de sus habitantes? La presencia de organismos en un río nos puede dar una idea de su estado de salud. Generalmente, los ambientes degradados presentan una menor cantidad de organismos y menor variedad. Aprovechando esta circunstancia, se ha establecido una equivalencia aproximada entre la presencia de determinados organismos, en nuestro caso los llamados macroinvertebrados, y el estado de salud del ecosistema.

Las diferentes especies de macroinvertebrados que podemos encontrar en el río habitan en las zonas que les son más favorables en función de su estilo de vida. Por este motivo es muy importante que las muestras que tomemos correspondan a todos los hábitats posibles (zonas rápidas, zonas lentas, de fondo de piedras, de limo, vegetación terrestre, vegetación acuática, etc.).

Para tomar la muestra, nos situamos con la red de malla fina dentro del agua, en contra de la corriente del río, y comenzamos a “lavar” las piedras, a remover la vegetación y la grava del fondo del río.

En el caso de fondos de piedras y cantos, cogemos cuatro o cinco piedras de tamaño medio, nos colocamos a contracorriente y levantamos las piedras con la mano mirando a la boca de la red; la misma corriente hará que todo su contenido entre en la red.

Si hay fondos de sedimentos, removemos un poco con un palo y pasamos la red por el agua varias veces para filtrar los pequeños organismos.

Después, salimos del río y volcamos el contenido de la red de malla fina en una bandeja de plástico para poder analizarlo. Si nos fijamos, veremos todo un mundo de pequeños organismos que se mueven. Con la ayuda de una lupa y de unas pinzas, observamos e identificamos todos los organismos diferentes y valoramos la salud del tramo empleando para ellos unas láminas que te vamos a facilitar a continuación (gracias a Territorios Vivos). 

Veámos con lo hace el experto de WWF cómo se hace el análisis de la biodiversidad de macroinvertebrados. 



Estas son las láminas que utiliza Alberto en el video. 

Además de estos pequeños macroinvertebrados, en nuestra visita al río podemos estudiar otro tipo de biodiversidad: repites, anfibios, peces, y por supuesto, árboles y plantas de ribera. Te dejamos todas las láminas (en pdf) para que puedas consultar lo que necesites. 

ASOCIACIÓN TERRITORIOS VIVOS:

Si queréis profundizar más en la exploración de ríos, nuestros amigos de la Asociación Territorios Vivos tienen unos materiales fantásticos para avanzar en la materia, que nos han cedido amablemente para elaborar esta pequeña guía.