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Entrevista con Jesús Quintano acerca de nuestro trabajo con el seguimiento de polinizadores
Naturalista, divulgador y persona de referencia para WWF cuando hablamos de polinizadores.
Jesús confirma que las actividades que realizamos en el entorno de Doñana para potenciar la presencia de abejas y mariposas dan muy buenos frutos. Hablamos con él para que nos lo cuente. Se muestra optimista, porque, según dice “las mejores ideas y acciones surgen desde el optimismo”.

"La acción de plantar un árbol, arbusto o incluso hierbas locales debería de ser una actividad obligada en nuestras vidas. Cuantos más mejor". Jesús Quintano
En WWF trabajamos para conservar a los polinizadores desde hace años, pero
¿por qué son tan importantes?
El 90 % de las plantas con flor dependen de los polinizadores naturales, un elemento clave para la estabilidad de los ecosistemas. Pero es que a los seres humanos también nos va la salud en ello: el 85 % de los cultivos que nos proporcionan alimentos en Europa (desde melones a puerros) dependen en gran medida de los polinizadores. Otro dato para destacar su importancia a nivel mundial: la producción del cacao depende en un 90 % de los polinizadores, en su caso, unas moscas y mosquitos muy pequeños. ¿Quién se puede imaginar vivir en un mundo sin chocolate?Después de un gran incendio siempre pensamos en las terribles consecuencias para la vegetación, el suelo, los animales, las personas del entorno… pero ¿cuál era la situación de los polinizadores después del siniestro de Peñuelas?
Lo más preocupante para los polinizadores, como para el resto de especies, era la pérdida de su hábitat. Si se pierde la cobertura vegetal hay menos alimento y menos sitio para criar y, sin ella, son mucho más vulnerables a las consecuencias del cambio climático, como el aumento de la temperatura del suelo. Y es que en torno al 75 % de las abejas nidifican en el terreno. Tenemos presente la imagen de las colmenas, que son típicas de los abejorros (Bombus terrestris) y de las abejas de la miel (Apis mellifera), pero la gran mayoría son solitarias, crían y viven bajo tierra, en troncos, en bolitas de barro que van creando ellas mismas.
En España hay más de mil especies de abejas y tenemos que acordarnos de todas.
También ocurre que la regeneración después de un incendio suele ser lenta y no siempre germinan primero las plantas más apetecibles para las abejas. Lo bueno es que en algunas zonas ya estamos viendo siemprevivas, que les encantan, como también les gusta la lavanda o el romero.
La zona donde estamos haciendo el trabajo con los polinizadores está protegida, pero en el perímetro del parque siguen vigentes muchas amenazas, como los cambios de uso del suelo y la existencia de una agricultura intensiva donde se emplean muchos pesticidas. Y, ojo, porque los polinizadores se mueven, pero los pesticidas también y pueden acabar en arroyos, por ejemplo, o en el material vegetal que emplean para elaborar los nidos. Aunque entrar en contacto de esta manera no les mata directamente, sí les provoca desorientación y cambio en las pautas de alimentación que puede resultar fatales.
¿Qué medidas concretas estamos desarrollando en Doñana para promover su recuperación?
Lo que estamos haciendo es restaurar y regenerar los espacios alterados por el incendio, respetando siempre el ritmo natural y manteniendo incluso parte del material combustible como árboles muertos, porque es importante y todo sirve. De hecho, hemos encontrado nidos de abeja carpintera (Xylocopa cantabrita) en restos de troncos quemados.Estamos favoreciendo especies que tengan interés para los polinizadores y que les resulten apetecibles, como decíamos antes. En una de las zonas donde realizamos el censo, la Laguna de las Tres Rayas, hay brezos que sobrevivieron al incendio y se ha convertido en un punto de encuentro de polinizadores muy interesante.
Pero también necesitamos medidas mucho más grandes, como combatir el cambio climático y sus consecuencias más duras, como los incendios forestales. También se debería realizar una gestión más concienciada en la zona perimetrada del Parque Nacional de Doñana, donde hay más actividad humana.
Sabemos que la actividad agraria intensiva afecta de forma grave a los polinizadores debido al empleo de pesticidas y al cambio de uso del suelo. Todo lo que dañe el terreno hace muchísimo daño a ese 75 % de abejas que nidifican en el suelo. Así que una buena forma de proteger a los polinizadores es tomar medidas individuales como consumir productos de temporada, de cercanía (europeos, nacionales, de la región…) y ecológicos. Hemos perdido el respeto a los pesticidas incluso en el uso doméstico y urbano y hay que dejar de usarlos.
También es muy útil habilitar un pequeño espacio funcional en casa, no hace falta mucho, y plantar especies silvestres: hinojos silvestres, olivarda, caléndulas, lavandas o hasta cebollas. Los polinizadores piden muy poco, es sorprendente la facilidad y lo poco exigentes que son. Cualquier acción por pequeña y aislada que sea, como instalar un pequeño hotel de insectos, tendrá una buena repercusión. Lo bueno sería potenciar la diversidad del entorno y por eso es tan importante naturalizar los parques y jardines de las ciudades, para que tengan una comunidad más rica de seres vivos.
La acción de plantar un árbol, arbusto o incluso hierbas locales debería de ser una actividad obligada en nuestras vidas. Cuantos más mejor. Todo lo que se haga es poco, sobre todo en cuanto a divulgar la importancia de los seres minúsculos, esos a los que tienen eclipsados los grandes mamíferos y las bellas aves y que, sin embargo, tan importantes son para nuestro bienestar y para la salud del planeta.
¿Cómo realizas el censo de los polinizadores: abejas y mariposas?
Para hacer el conteo cuento con dos puntos de muestreo en cada una de las tres áreas elegidas (Los Cauces, Alto Dunar y la laguna de las Tres Rayas), uno en zona incendiada y otro en zona restaurada. Se divide la sección en cuadrículas y se hace un conteo de la vegetación de las abejas durante diez minutos, que se capturan para su reconocimiento. Las muestras se ceden al banco de ejemplares de la Estación Biológica de Doñana y allí Curro Molina, el taxónomo de referencia en Doñana, termina de identificarlas.
Este año hemos introducido el censo de mariposas, porque son excelentes indicadores de biodiversidad. En este caso no se capturan, el método que usamos es el conteo de 15 minutos. Los datos recogidos se incorporan en el programa de seguimiento de mariposas europeo, y así trabajamos en red y aportamos un conocimiento muy valioso y útil a otros estudios que también se realizan por la zona.
La abeja panda rojo (Megachile sicula)
Y termino con una curiosidad. En este proceso de identificación y seguimiento de abejas nos hemos encontrado de forma recurrente con una que tiene un aspecto muy simpático.

© Jesús Quintano
Su nombre científico es Megachile sicula, pero no tiene un nombre común muy extendido. Cuando la hemos visto nos ha recordado a un panda rojo, porque el macho es peludito y naranja, así que la hemos rebautizado como “la abeja panda rojo”. En general, le tenemos cierta distancia a los insectos, pero las abejas como esta que tienen una belleza especial, nos hace verlas de otra manera.