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Pedimos la suspensión cautelar de las cacerías de jabalíes en zonas oseras sensibles

Lamentamos profundamente la pérdida de dos hembras de oso pardo, una de ellas con una cría, ayer en sendas cacerías celebradas en la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas (Montaña Palentina), en Castilla y León, y en la comarca de Ribagorza, en el Pirineo aragonés, respectivamente.

Exigimos responsabilidades y medidas urgentes para que estos hechos no se repitan. Pedimos a las comunidades autónomas con poblaciones de oso que suspendan cautelarmente todas las cacerías de jabalí al no ser selectivas -donde se producen la mayoría de las muertes en zonas oseras-  en aquellas zonas que puedan considerarse críticas, tanto por su importancia para la reproducción, como para la alimentación e hibernación de las dos poblaciones de osos que se encuentran en un estado de conservación más delicado, la subpoblación oriental de la Cordillera Cantábrica y la pirenaica.

También pedimos que en todas las zonas oseras se articulen los procedimientos necesarios para hacerlas seguras para especies en peligro de extinción como el oso, y que se endurezcan las condiciones de la práctica cinegética para evitar sucesos tan graves como los ocurridos ayer, con la muerte a tiros de dos osas

Con el objetivo de evitar nuevas muertes en zonas oseras durante las cacerías de jabalí, reclamamos que se suspendan cautelarmente las batidas de jabalíes en zonas oseras sensibles por no ser seguras para el oso y que, en general, en todas las zonas oseras se  endurezcan los controles y permisos de caza, que sólo se puedan realizar con buena visibilidad y que se impida la práctica cinegética sin la compañía de personal de la administración, entre otras cuestiones. Exigimos que estos requisitos se incluyan en el desarrollo de nuevos protocolos y condiciones mucho más estrictas antes de permitir la caza en zonas oseras, lo que debe aprobarse e incluirse en los documentos de planificación correspondiente de las comunidades autónomas implicadas. 

Las dos osas abatidas ayer en cacerías pertenecían justamente a las dos poblaciones de osos que se encuentran en una situación más crítica. Además, en el caso de la osa de Fuentes Carrionas (Montaña Palentina), tenía una cría, lo que hace que la pérdida sea aún más grave. Cada ejemplar perdido es un paso atrás en la carrera por la supervivencia de esta especie amenazada de extinción.  

Se trata de una pérdida genética incalculable teniendo en cuenta que, según expertos del CSIC, los niveles de variación genética de la población cantábrica oriental -donde quedarían unos 50 osos- están entre los más bajos de los descritos en la literatura científica para esta especie. Esto sitúa a esta población en una situación crítica. 

La población pirenaica tiene problemas similares -con poco más de 50 ejemplares- y sufre un continuo goteo de osos muertos en las últimas décadas por accidentes, disparos y venenos. Sólo en el último año, esta osa supone la tercera pérdida tras el oso Cachou, todavía investigado y con indicios de veneno, y el oso Ariege, que también fue tiroteado.

Por su parte, el caso de la osa tiroteada en Fuentes Carrionas es especialmente grave porque este área de la Cordillera Cantábrica se ha convertido en un auténtico punto negro y en un sumidero para los osos de la subpoblación oriental, ya que concentra la mayor parte de los casos de osos muertos y tiroteados en los últimos años. Por ejemplo, hace ahora cinco años, el 18 de noviembre de 2017, otro oso fue tiroteado también en una batida de jabalí en la localidad de Casavegas (en la Montaña palentina), al igual que había ocurrido ya en 2012, en 2007 y en años anteriores. Repetir una vez más el mismo error supone una grave irresponsabilidad política.

En ambos casos, solicitamos que se lleven a cabo las investigaciones necesarias para esclarecer los hechos. Para la osa muerta en  la Montaña Palentina, pedimos que se clarifique si el personal de la administración que acompañaba la cacería estaba informado previamente de la presencia de una osa con cría. En caso de que hubieran sido informados del avistamiento de dicha osa durante la cacería, reclamamos que se depuren las responsabilidades relacionadas con la no paralización inmediata de la cacería e información a todos los cazadores de este hecho. 

Para Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España: “Es urgente poner freno a esta sangría. Estas batidas de caza con el pretexto de controlar las poblaciones de jabalí son letales para especies como el oso y el lobo y una de las principales causas de mortalidad en la Cordillera Cantábrica y en el Pirineo, y las administraciones lo saben. Deben ser prohibidas ya tal y como se están llevando a cabo ahora”. 

Y añade: “Es lamentable comprobar cómo un espacio protegido tan importante como Fuentes Carrionas en la Montaña Palentina se ha convertido en un auténtíco punto negro para el oso, su principal joya natural, por lo que es totalmente injustificable que la Junta de Castilla y León haya vuelto a autorizar algo similar”.Por último, WWF también reclama a la Junta de Castilla y León que actualice su Plan de Recuperación del Oso Pardo, hoy desactualizado y que data de 1990. Después de más de 20 años, este documento debe ser actualizado e incluir las consideraciones arriba mencionadas, entre otras necesidades para la conservación de esta especie.
Oso pardo
© Sanchez & Lope / WWF
Oso pardo
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